domingo, 14 de diciembre de 2008

La Politica Fiscal en Chile

El Gobierno Central acumuló durante el primer semestre del 2008 un superávit efectivo de 4% del PIB. En el mismo período el gasto público experimentó un crecimiento real anual de 10,5%, mientras que los ingresos del Fisco cayeron en términos reales un 3,4%. El crecimiento en el gasto público en la primera mitad del año se explica fundamentalmente por el diferente ritmo de ejecución en comparación con el año 2007. La mayor ejecución del Presupuesto de la Nación en 2008 incrementa mecánicamente el ritmo de crecimiento anual del gasto público este año. Asumiendo el mismo ritmo de ejecución de este año en la trayectoria del gasto público del año anterior, el crecimiento del gasto público habría sido de 5,4% en el primer semestre de este año. Una ejecución de la política fiscal más estable a lo largo del año permite una mayor eficiencia en la implementación del gasto público. Adicionalmente, lo mantiene más cerca del potencial de la economía y de esta forma permite reducir la volatilidad de la brecha del producto. En materia de ingresos fiscales, la caída en la recaudación se explica principalmente por la pérdida en la tributación asociada a la minería privada y en los ingresos por cobre bruto provenientes de CODELCO. Lo primero se debe al menor tipo de cambio observado y proyectado para 2008 y por los ajustes a los pagos provisionales mensuales (PPM), derivados de una operación renta negativa. Lo segundo, por su parte, es resultado de los mayores costos de CODELCO y también del menor tipo de cambio observado y proyectado para 2008. Destaca el crecimiento positivo de las rentas de la propiedad (las que comprenden intereses, dividendos y participación de utilidades, por capitales invertidos, así como arriendos de activos fijos y activos no producidos) con una variación real anual de 97,4%.

La Politica Fiscal en Chile

sábado, 13 de diciembre de 2008

Política fiscal en chile




En chile, el nivel de gasto público se determina de una regla que considera la evolución en el tiempo de los ingresos estructurales o permanentes del gobierno.

Esta regla entra en vigencia en el gobierno del presidente Ricardo lagos el año
2001.

El indicador de la política fiscal, actúa como un mecanismo que permite sostener los niveles del gasto público en momentos de desaleración de la actividad económica evitando así que la política fiscal se convierta en un factor de ampliación del ciclo económico, además protege que los recursos requeridos en el presupuesto público financien los programas sociales prioritarios. Mientras que por otro lado permite ahorrar los ingresos fiscales provenientes de bonanzas transitorias.

La regla basada en el cumplimiento de un superávit en el balance estructural de un 1% del PIB permite apoyar al desarrollo de proyectos sin que estos se vean sometidos a los vaivenes se la actividad económica global.

Las causas que llevaron a diseñar esta regla fueron:

Los elementos estructurales: una consideración fundamental era la fuerte volatilidad histórica de las principales fuentes de ingresos fiscales

La dimensión mas coyuntural se destaca la debilitada posición de las finanzas publicas a fines de los noventa



El gasto público se determina de la siguiente forma:

Ingresos estructurales – Gasto fiscal = 1% del PIB



meritos de la politica fiscal de BE

contra-ciclica: funciona como estabilizador automatico para el gasto publico, y permite que existan deficits fiscales, cuando la economia esta por debajo de su potencial y viseversa

Protege la competetividad del sector expertodor, dado que al acomular activos en el tiempo de auge se atenúa la apresiación del peso.


http://www.indetec.gob.mx/Eventos/Cepal2007/Ponencias/05%20Pol%C3%ADtica%20Fiscal_Chile.pdf

Ahorros y politica fiscal



En 2009, los ingresos del fisco crecerán menos que los ingresos estructurales, a resultas de dos fenómenos muy precisos: por una parte, el crecimiento efectivo para el país, estimado entre dos y tres por ciento por el Banco Central, será inferior al de tendencia (4,9 por ciento) estimado por el comité de expertos consultado por el Ministerio de Hacienda. Por otra, el precio del cobre de largo plazo (199 centavos) está claramente por sobre sus proyecciones para el próximo año, que se sitúan en 160 centavos de dólar, una proyección que puede resultar incluso optimista, a juzgar por la profundidad de la crisis y la evolución reciente de los mercados de commodities. Debe tenerse presente que la evolución del precio del cobre en el corto plazo afectó los ingresos fiscales por dos vías: los ingresos de Codelco y la recaudación tributaria asociada a la minería privada.
El presupuesto de la nación se elabora sobre la ba-se de la evolución de ingresos estructurales, de modo que los gastos crecen al ritmo de aquéllos, resguardando que se cumpla un superávit estructural de 0,5 por ciento. Esto explica que, pese a las condiciones económicas adversas, el presupuesto para 2009 contemple una expansión del gasto público de 5,7 por ciento. En cambio, los ingresos fiscales del próximo año respecto del actual experimentarán un fuerte retroceso, y lo más probable es que sean insuficientes para financiar el plan de gastos de gobierno para el año entrante.
Así, por primera vez desde 2003 habrá un déficit fiscal que deberá financiarse recurriendo al Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), que a septiembre del presente año acumulaba casi 19 mil 300 millones de dólares, o bien recurriendo a endeudamiento público.
Aunque la opción más lógica para financiar dicho déficit es el FEES, no debe descartarse sin más la alternativa de financiamiento por vía de deuda pública. Ésta es actualmente modesta, alcanzando a mediados de este año a poco más de tres mil 430 millones de dólares. Las condiciones actuales de los mercados de deuda no son particularmente positivas, pero la situación va a cambiar y -después de la incertidumbre de los últimos meses y de la que seguramente se verificará en los próximos- la emisión de bonos del Estado chileno es una buena manera de probar los mercados de créditos. Además, el buen manejo macroeconómico que ha caracterizado a nuestro país por varias décadas debería hacer a estos bonos particularmente atractivos en el contexto actual.
Más allá del debate respecto de si la tarea estabilizadora de la política fiscal debiera realizarse sólo a través de gasto o debiera combinarse con bajas de impuestos, es indudablemente positivo el carácter anticíclico que ella incorpora a través de la política de balance estructural.
En momentos de bonanza, esta política fue muy controvertida y fueron innumerables las voces que argumentaban que no tenía sentido ahorrar cuando había tantos proyectos valiosos y tantas necesidades insatisfechas. Incluso líderes políticos de la envergadura del senador Frei argumentaban que no era razonable dejarle los ahorros fiscales a un eventual gobierno de derecha. Ha quedado comprobada la dificultad de llevar la visión más allá de la coyuntura y pensar el país desde una perspectiva de largo plazo. Si las autoridades no hubiesen perseverado en esta política y no hubiesen contado con el respaldo para ello de importantes líderes empresariales, intelectuales y políticos de todos los sectores, en las circunstancias actuales estaríamos viendo un ajuste económico y social mucho más profundo. Esta política es un emblema de cómo debe desarrollarse la política pública en una economía pequeña como la nuestra.